david chávez
SAludo a Renata. ¿Y, qué tal tu fin de semana? Bien, contesto. El bar está tranquilo. ¿Y Shilospiu? No ha llegado. Habrá que esperar. David dijo que pusieras música. ¿Yo, por qué? Pregúntale a él. ¿Entonces qué, tocayo: cubres a Shilospiu si no viene? ¿Llamó, avisó? Nada, quizá se le jodió la moto. Sirve que le dedicas una que otra cancioncita a tu novia. Renata lo patea. Ok, ok, entendido, no más bromas sobre eso. Bueno, si no hay más... aunque hoy se llena el bar. No importa. Programa la lista, yo cubro tu zona.
¿Entonces qué, nada, no andan? No. Tocayo. En serio, tocayo: no hay nada. . Voy a preguntarle. No, espera. No, no dije que en este momento. Más tarde, cuando no te des cuenta. ¿Fumamos? Va. Salimos a la terraza. Pinche lluvia jodida. Está bien, sirve que se calma el calor. ¿Siquiera te dijo por qué lloraba la otra semana? No, nada. CReí que tú eras su amigo, Cheves. A ratos sí en ocasiones no, muy errático ese asunto. Me imagino. Serrano llega encendiendo su cigarrillo. Nos saluda con la vista. ¿Todo bien?, pregunta Cheves. Se. Llamó Shilospiu y me dijo que les dijera que en un rato más llega, que no viene solo. Excelente. Pareces preocupado. Así sonaba él. ¿Por qué? No lo sé, no me dijo. Bueno, entonces ya somos cuatro. Se.
Minutos después Serrano entra. Es extraño. Pudo haber llamado a cualquiera de nosotros dos para avisarnos. Después de todo, él conoce a Serrano antes que nadie. ¿Y eso? Shilospiu estudiaba en Chiapas, algo que tenía que ver con economía. Dejó la carrera y se fue a vivir con su mamá, que vivía en Cancún. Ahí comenzó a tomar fotografías y puso un pequeño estudio, todo pagado por su madre. Luego regresaron a Chiapas, a San Cristóbal de las Casas, a hacerse cargo de la herencia del abuelo, pero con el desmadre del levantamiento zapatista la mamá mejor huyó.
Volvió a la escuela pero no terminó. Al inicio del levantamiento era pro zapatista pero después que los indígenas le invadieron las tierras y perdió más de la mitad de la herencia de esa forma la dejó otra vez. Durante ese tiempo conoció a Serrano. Para conseguir un poco de dinero después que su mamá se enojara con él se fue a vivir con Serrano y rentó la casa familiar. La hizo una especie de pensión para estudiantes. La de Serrano era también casa de su familia, así que no le cobró nada por hacer de la planta baja una pequeña escuela de salsa y cumbias para extranjeros. No mames, Shilospiu no baila. Eso dice él. Qué cabrón. Bueno, por algo lo habrá dejado. El caso es que por la noche iban a ver qué ligaban al Bar del Negro, amigo de los papás de Shilospiu. En una peda Shilospiu se dio un entre con el dj, al Negro y al dj les gustó la forma de mezclar y armar el ambiente y lo contrataron.
De ahí Serrano rentó también su casa y se fueron a Cancún. Ahí los conocí. Me los presentó Damiana. Luego viajé, viajaron y en Alemania nos encontramos. Shilospiu me contó que se había ido con una novia, ahora su ex. Eran de los pocos con los que conviví tanto en Alemania. Daba clases de salsa y baile hasta que tuvo un accidente. Terminó con amnesia temporal. Luego tuve que volver. Le dije que cuando se recuperara o cuando no tuviera algo o alguien que lo detuviera en Bonn regresara a México y me buscara. No sé qué ocurrió primero. Pidió encargarse de la música y aquí está. Mientras llega pónte algo. Esto está muy apagado. Va.
concepción, chile. 21 de junio de 2010
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