lunes, abril 21, 2008

obviedad

david chávez.







-Yo creo que, antes que matar al tiempo, más bien sucede lo contrario.
-Alarguemos la agonía, entonces: sigamos platicando...

miércoles, abril 16, 2008

rOble

en memoria de Jaime Avalos Carrillo.

a pesar de lo corpulento que era, a mí me consta el cariño con el que trataba a sus hijos. Bueno, sí, de vez en cuando un regaño, algo nada fuera de lo común. Sonreía mucho. En dos o tres ocasiones en que visitábamos a mi tío Enrique en su casa de la colonia Infonavit llegué a verlo preocupado por las fichas que le habían tocado en el juego de dominó. Él, como mis otros dos tíos (Enrique, el anfitrión; Héctor, que viajaba desde Tecomán por algunos negocios en Colima, o incluso Javier, que iba de vez en cuando a unirse a la partida de dominó) y hasta mi papá me decía entonces: "hijo, prepárame otra cuba (cubata)".
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Tres tragos después le volvía algo la calma y contrarrestaba con su compañero de juego la situación. La competencia, el juego, la charla, la bebida y la carrilla llegaban a ciertos ríspidos puntos en los que el dominó en equipo quedaba para mejor ocasión. Mi tío se levantaba entonces, medio molesto por alguna broma o crítica que le habían hecho sus hermanos, decía "vámonos" y salía paquidermosamente seguido de mi tía Elsa, que a menudo estaba atrasito suyo para darle ánimo en el juego, y de mis primos, todos con nombre de artistas.
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Alguna vez también llegué a verlo en la patrulla, supervisando la actividad de los agentes de Tránsito, oficio al que se incorporó siguiendo los pasos, sin duda, de su padre, mi abuelo Calixto. Vestía pantalón azul marino y camisola blanca con botones dorados y nos recomendaba que no pasáramos en bicicleta por las aceras del centro de la ciudad. Tarde llegó ese aviso: ya habíamos tenido antecedentes de rayones en la pintura de autos estacionados, golpes a dos que tres peatones (nada de gravedad) y una que otra corretiza que nos pusieron compañeros suyos por precisamente andar en bicicleta por las banquetas.
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Ignoro si desde entonces, cuando usaba el kepi azul marino también (como todos los tránsitos), comenzó su afinidad por las gorras con las que ocultaba, dice mi padre, su calvicie."Hijo, pásame esto" o "pásame aquello", nos decía siempre. Ayer, día de su partida, día de mi cumpleaños, comprobé recuerdosamente su voluntad y ánimo de roble: días antes de que yo viajara de regreso a Chile su humor era estupendo y pese a su enfermedad se fueron a pasear a la playa y antes de que viajara llevándose su risa que antecedía a un "cabrón" cariñoso se despidió de sus hijos. Qué güevos.
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Salud entonces, tío Jaime...
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Ya cayeron hojas secas
el frío del invierno va a venir
fue el otoño el último calor de abril
y el árbol duerme y muere
sin resistir, sin morir
solo soñar con la lluvia lo lleva a revivir.
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Ya no quedan hojas secas,
el viento las llevó lejos de mi.
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Veo al roble solo descansar del fin
y el árbol duerme y muere
sin resistir, sin morir.
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Roble sin fin, vos sabés lo que es morir:
descansa y duerme hasta que
el bosque azul de los robles sagrados
despierten de su sueño.
..
Y el árbol duerme y muere
sin resistir, sin morir.

Roble sin fin, vos sabés lo que es morir:
descansa y duerme hasta que
el bosque azul de los robles sagrados
despierten de su sueño, y salga el sol.