jueves, enero 26, 2006

del post anterior

Esta que está abajo es la presentación para la exposición de Gregorio Iván Preciado, que pueden visitar en los pasillos de la presidencia municipal de Colima. La neta la escribió el Tapiro, así que ahí sabrán...

Tan chidas las fotos, vayan a verlas antes que las quiten. Aclarado el asunto, y desligádome de esos avatares, esperen más cuentillos... Ah, el Goyo utilizó cuentillos míos que pueden leer en este blog: Yentlemencia y Colima está hecha para no andarla solo.

el deivis&chelas que ya se fue a dormir.

miércoles, enero 11, 2006

De poquito en poquito

David Chávez


Poco a poco quiero irme yendo: agarrarme llorando la noche toda.
Y así, DE POQUITO EN POQUITO desaparecer, dejando escapar el aire en cada suspiro para saber que no vuelve ya hasta amanecer despertar convertido en uncharquitodelágrimas.

Colima está hecha para no andarla solo

David Chávez

Colima está hecha para no andarla solo, para caminarla de noche, platicándole, escuchándola; para detenerse en sus esquinas, mirar si viene algún automóvil y tomarle de la mano para cruzar las calles, para que me regañe por mis fumadas.

Colima me queda muy chica, muy ajustada: me aprieta el corazón. Sus manos, sus labios, aparta las avenidas, los semáforos, a la gente, hace que respire. Sentado me levanta, tranquilo me inquieta, a lo lejos me desampara: Colima me ahoga, me asusta. Y hay tantos asesinatos, tantas violaciones, tantos robos, tanto yo, tanto tanto tanto… cosas tan cotidianas que mirar…

Si yo tuviera al cuerpo, si yo tuviera el cuerpo, si yo tuviera su cuerpo, otro, no este, lo adiestraría para amar Colima desde su origen. Le diría que deberá esperar, lo prepararía para una ausencia, le diría que andara, como yo, de la mano de la imagen colimota, de su recuerdo, su risa, sus palabras, hasta que el tiempo la materializara. Entonces desecharía ese cuerpo y me volvería yo.

Y este cuerpo y mis labios se secan como sus banquetas. Colima. Se cuartean con cada 7.1 grados de día en la escala de David Chávez. Esperan las lluvias de junio, de julio, para saciarse. Dan ganas de emborracharse de madrugadas, de embriagarse con olor a sandía, de ponerme ausente porque sigo los recuerdos, las vivencias y veo la ciudad en cada suyo: se me acabará la tranquilidad cuando se termine esa página de vivencias, ese libro que escribimos los que en sus manos vivimos.

Colima está hecha para andarse, para caminarse, para echar y poner en libertad la vida y en el caudal, en el afluente, en la corriente colimota del paso del tiempo sujetarse, aferrarse a la tabla salvadora de los sueños.
Nos da los pasos. Aquí Colima. Aquí un camino esperando a andar.