lunes, julio 06, 2009

trilceado

david chávez





pasó la onda el golpe el shock la ola lo que sea que haya sido y me aferré con fuerza a lo que creo. sigo sujeto a ello. siguen mis dientes apretados, la mandíbula firme, los ojos trémulos. sé lo que fue, sé lo que ocurrió y me siento normal, un poco pensatibundo, morseado, pinchitierno, recuerdero, anheloso, eso sí.

siento cómo me palpita el corazón, más cuando ella está cerca. cierro los ojos y la veo latir aquí adentro. suspiro e intento dormir. de a poco me llegará la calma, se irá la adrenalina en una meada, quizá mañana.


si alguien pregunta cómo estoy, si ella pregunta cómo me siento, tienes que saber, mors, que estoy totalmente trilceado.

jueves, julio 02, 2009

dios con médicos y enfermeras

david chávez


El objeto del escrutinio es la labor. los médicos como dios, dios a imagen y semejanza nuestra, nosotros, con errores, falibles. luego entonces los médicos fallan, se equivocan. y si dios no existe, y si dios no diagnostica? los médicos no existen, no diagnostican. y no me vengan con mamadas, porque aquel que diga que nunca ha insultado a un médico/a dios es un mentiroso, es como decir que nunca nadie se ha enfermado.

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Eso sí:
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Nadie me va a negar que lo mejor de la vida, la mejor creación de dios, la mejor receta es la que incluye un par de enfermeras comprensivas, atentas y solteras, de ojos grandes y amielados, caderas amplias, nalguiparadas y cabello rizado, castaño claro, morenas claras y labios carnuditos que le digan a uno así, coquetísimas, señor, despierte, ya es hora de su medicina, y con sus manos tersas, a veces ampuladas por el estrés postlaboral, abrir el frasco, sacar las pastillas y dejarlas en nuestras manos con un discreto roce de pieles. Y el que me lo niegue que vaya con dios o que chingue a su madre.