martes, octubre 31, 2006

enfermedad terminal

david chávez

Tomaba sus pastillitas de cultura una vez cada ocho horas. Así llevaba haciéndolo desde hace tres años. Iba cada semana a ver al médico del IMSS, tan cuidadoso que era de su salud, a que le dijera qué nuevo mal tenía. "Furia, usted tiene furia. Después de tomarse las grageas culturosas y los baños de asiento de discursos sin contenido deberá colocar su orina en este frasquito. Tráigamelo dentro de cuatro días. Quede sin cuidado, no creo que sea grave", le dijo el galeno. Así fue. Así lo hizo. El día de la cita murió. El forense dijo que fue a causa de un arrebato de furiosa ignorancia que no le había sido detectado.

martes, octubre 17, 2006

Desde el más allá...

david chávez

Respuesta de Monterroso a la médium que lo entrevistaba:
"Un día, andando solo, como quien pasea newtonianamente por calles que no le son familiares, vi caer a una pequeña ave de uno de los hilos que conducen la energía eléctrica a las casas. Entonces supe que todo sería breve en mi vida: el sueño, mi estatura, el ocio, las mujeres, los enemigos... las ideas. Viendo el montón de plumas recordé que a las palabras se las lleva el viento, como la muerte al ave fulminada sin razón, y que debía lograr que mis palabras sobrevivieran. Por eso escribo".

lunes, octubre 09, 2006

medidas precautorias

david chávez

El día que decidió ser escritor anotó en una servilleta, con la que se limpió el maquillaje barato de una puta, algunas frases que amistades y familiares podrían hacerle: "Te vas a morir de hambre", "¿Me vas a regalar tus libros?, "¿y qué vas a escribir?", ¿me dedicas un poema, un cuento?", "dime que soy tu musa", "¿Por qué no haces algo de provecho?". Fue a manera de conjuro, para protegerse de ello, como quien sale de casa y no sabe si volverá, como quien está seguro de que dejará el cigarro, el alcohol, las mujeres y otros amados vicios como escribir.