jueves, febrero 26, 2009

Pinches gringos putos!


bueno, así mejor, sirve que no vienen y ensucian todo, como suelen hacer. que vayan a visitar la zona cero, jejeje.




miércoles, febrero 25, 2009

Joven, haga usted el favor de ir a chingar a su madre calladito y sin armar escándalo...

david chávez



No es por desmotivarlos, ¿verdad?, pero el buen Néstor García Canclini hace una observación muy muy muy chingona:


salud.


"La historia social de las culturas latinoamericanas que trazamos en este libro revela que un recurso clave para la modernización fue multiplicar el estudiantado universitario (de 250 mil en 1950 a 5,389,000 al finalizar la década de los sesenta). Desde los ochenta, las universidades, envejecidas y económicamente asfixiadas, se han vuelto para los jóvenes, dicen Juan Villoro, "gigantescas salas de espera donde se les entretiene para que no se conviertan en factor de conflicto social".
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Aunque muchos jóvenes se frustraban hace treinta, cuarenta o cincuenta años al salir de las universidades, y a veces los mejores investigadores migraban a Europa y los Estados Unidos, la educación superior buscaba produicir intelectuales para el desarrollo nacional; hoy sigue frustrando a la mayoría, pero sólo le ofrece optar entre irse a trabajar en puestos secundarios en los servicios del primer mundo o volverse técnico en las transacionales que controlan la producción y el comercio del propio país.
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Nada en la sociedad induce la tentación del voluntarismo político; muy pocos cargos requieren alto nivel profesional, y la formación en la crítica intelectual más bien descalifica para ejercerlos a quienes sólo se pide que sean expertos. A los jóvenes de hace treinta años les preocupaba cómo acortar la distancia entre lo culto y lo popular; a los universitarios y profesionales jóvenes en América Latina les aflige ahora cómo flotar en lo que queda del mundo culto y de la clase media; si son colombianos o ecuatorianos, la pregunta es cómo y a dónde irse".


García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Ed. Paidós. Argentina. 2001. Pág. 26

sábado, febrero 21, 2009

labial

david chávez


Los recuerdos son como latigazos, como esos trocitos de piel que aparecen en los labios resecos, faltos de uso como no sean para silbar, hablar, nombrarte, y que arranco a dentelladas, como antes hice con tu ropa. La sangre que aflora de a poco me sabe a ti.

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sábado, febrero 07, 2009

Sobredosis de ocio I

Para Alicia.


David Chávez
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Anoche fuimos al bar. Al canta-bar. No pedí vodka. Preferí cerveza. Unas cuantas cervezas para aligerar el calor, para entrar en calor. Para imaginarme al líquido frío precipitarse desde el final de mi boca, desde el princpipio de mi garganta, hasta el interior de mi intestino, rompiéndose su madre mientras cae. En el fondo, muy en el fondo, elemento inanimado, quedaría quieto, balanceándose con mi panza entera, bailando acompasadamente con el resto de mis tripas cada vez que me muevo.

Hoy desperté a las once de la mañana, sin ninguna huella de dónde estuve anoche a no ser por el olor a cigarrillo en mi ropa y mi cabello. Desperté por culpa del aire fresco que se metía por la ventana y me enfriaba los pies. Sentía la lengua ancha. Busqué una cobija y me cubrí de pies a cabeza. Luego de pies a pecho. Al final tenía sólo medio cuerpo cubierto. Me limpié los ojos y comencé a leer El arpa y la sombra, de Carpentier. Hacía tres días que no leía, por eso retrocedí dos páginas más para agarrar el hilo de nuevo. Cincuenta páginas, me dije, cincuenta y me echo a dormir de nuevo. Leí cinco más de las que me propuse y si tardé más de dos minutos en cerrar los ojos fue mucho tiempo. Los abrí media hora después. Estoy leyendo a un ritmo de cincuenta páginas por hora. Quizá por la lectura (o el sueño) me dio hambre. Bajé a mear. La comida estaba casi lista, tal vez dentro de cinco minutos más. Subí y me cambié el pantalón. Luego bajé otra vez.

Casi me arranco la lengua de la mordida que me dí. Hice como si buscara separar algo con la lengua de entre el caldo que me llevé a la boca para disimilar un poco. Después tosí una, dos, tres veces y me llevé la servilleta de papel a los ojos y a la nariz. La humedecí más a causa de los lagrimones que por algún escurrimiento nasal. Me dolía ese mordisco. Malditas muelas del juicio. Maldita dentadura. Maldita lengua dilatada por la cerveza. Terminé de comer y me metí al baño. Me lavé las manos y me revisé la lengua. Ahí estaba la herida. Parecía que había intentado perforármela con un clavo y se notaba una especie de marca dejada por un punzón chico.


Subí de nuevo a mi habitación y seguí leyendo. Mismo método, misma velocidad, mismos resultados: cincuenta páginas leídas por media hora de sueño. Soñé ron, soñé vino tinto, soñé vino blanco, cerveza y cigarrillos. Soñé navegación, soñé ausencia, soñé la ansiedad de Cristóbal Colón. Soñé la voluptuosidad de Isabel la Católica, soñé unas quesadillas, soñé tus senos y tus labios y tu boca. Soñé que hacía calor, soñé que tenía una erección. Soñé a Colón cogiéndose a doña Isabel, a los hermanos Pinzón fornicando con mujeres indígenas que cubrían sus vergüenzas con apenas un pañito de lo que parecía ser fibra de algodón. A los indígenas de caras bobas, imbéciles, incrédulos entre las aguas claras del caribe antillano viendo a los españoles y su lascivia. Soñé que me ponía a escribir algo, no sé. Te soñé indiferente. Y sin querer volví a morderme la lengua y abrí los ojos y dije: puta madre! Pensé: me gusta la palabra lascivia. Se pronuncia, se desliza al pronunciarla como una víbora, como el candor y humor de una mujer de ojos grandes -como los tuyos- que cruza su mirada con un fleco de sus cabellos.


A pesar del calor que hacía sentí una especie de estremecimiento. Estremecimiento y hambre mientras leía. Terminé por fin el libro como "el aire que lo envolvía y traspasaba, haciéndose uno con la transparencia de su ser". Encendí la computadora. Leí algunos periódicos por internet y busqué algún rastro tuyo. Nada. Algo de música tal vez me animaría. Vi los libros que me quedan por leer. Hijo de hombre, de Roa Bastos. "Hueso y piel, doblado hacia la tierra, solía vagar por el pueblo en el sopor de las siestas calcinadas por el viento norte. Han pasado muchos años, pero de eso me acuerdo. Brotaba en cualquier parte, de alguna esquina de algún corredor en sombras. A veces se recostaba contra un mojinete hasta no ser sino una mancha más sobre la agrietada pared de adobe. El candelazo de la resolana lo despegaba de nuevo. Echaba a andar tantaleando el camno con su bastón de tacuara, los ojos muertos, parchados por las telitas de las cataratas, los andrajos de aó-poi sobre el ya visible esqueleto, no más alto que un chico." Y pensando en la muerte que ronda por todas partes me duermo otra vez.

Sueño que escucho cantar a Chris Cornell. In your house i long to be, room by room, patiently. I'll wait fou you there like a stone. I'll wait fou you there. Alone. Abro los ojos. La música brota de los audífonos. Susurro: i'll wait fou you there like a stone...



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martes, febrero 03, 2009

avance, por favor...

david chávez


Volvemos al pasado porque es lo único que tenemos frente a la incertidumbre del futuro. Aunque no falta quien lo manda a chingar a su madre, cierra los ojos, escucha la música, la música, y me tiro al frente, doy ese paso sin saber lo que viene sin esperar nada más que el chingadazo no duela. Y no duele y sigo avanzando. No fears. Digamos que mis temores son los demás.

domingo, febrero 01, 2009

podrucción

david chávez
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Podrucción.-

término empleado para definir el proceso que sufren buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos al interior de un organismo -de preferencia vivo y del género humano o las relaciones que este establece con sus semejantes u otros objetos-, que sufre los embates de las malas ideas, desesperanzas, desilusiones y malos deseos provenientes de aquellos que lo rodean, de su hábitat, condiciones climáticas, laborales, higiénicas, alcohólicas, amorosas, familiares, similares, afectivas y conexas, con lo cual se obtiene un proceso de degradación de todo aquello que pueda ser positivo por formas más simples -y realistas- de ver la vida.
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Biólogos, químicos, antropólogos, sociólogos, psicólogos, psiquiatras, profesores, cantineros, putas, taxistas y amigos y amigas en general definen esta actividad como una ruptura de las moléculas que integran las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos formando buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos más chicas, menos complicadas, atomizándose hasta diluirse en el torrente sanguíneo para luego ser expulsadas por el organismo ante lo que podría ser un inevitable colapso físico, laboral, higiénico, alcohólico, amoroso, familiar, similar, afectivo, económico, sexual y conexos, todo esto en forma pequeñas letras microscópicas blanquecinas o amarillentas que escurren por todo el cuerpo mezcladas con el sudor y feromonas.

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la secreción ocurre cuando las células muertas o vivas viajan entre los espacios alrededor de las células afectadas de las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos y son transportadas como residuos por entre la piel, por los canales pilosos, junto con el sudor, tras una alta acumulación de materia positiva y buena onda que ya ha perecido o mutado por otra más sencilla, y que impide la procreación de más buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos, o bien son eliminados en una rítmica meada .
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la podrucción ocurre tras el asesinato, deceso o muerte de las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos, hecho que sobreviene tras la ruptura de tejidos (sociales, sexuales, sentimentales, sementales, morales, profesionales, académicos, laborales, económicos) de parte de los elementos de los que están hechos las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos. Las causas son diversas: virus de la falta de comunicación, falta de confianza, carencia de estímulos sociales, sexuales, sentimentales, sensuales, morales, profesionales, académicos, laborales, económicos, literales, visuales, auditivos, electrónicos, familiares; contagio vía oral y ocular a consecuencia de malas interpretaciones por declaraciones mal matizadas, o la falta de vacuna contra la impaciencia, la ansiedad, el ocio y la omisión que podrían provocar incluso el autoaniquilamiento de las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos.


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Para que una buena idea, esperanza, ilusión y buen deseo se vaya al carajo, es decir, muera y la podrucción se realice, son necesarias condiciones especiales relacionadas con la temperatura, la disposición de oxígeno en el cerebro, el corazón y otros órganos vitales y blanditos; causa de la muerte, agentes externos, traumatismos, humedad, lluvias, alcohol, tamaño y peso del cuerpo, vestimenta, conexión a internet, tiempo disponible, saldo insufuciente en el teléfono celular o local, la superficie sobre la cual yace el cuerpo, deberes y ocupaciones y, sobre todo, interés para que esto ocurra.
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la velocidad en que la podrucción se lleve a cabo es diferente en cada organismo. Otras variables como la humedad, la estación del año y el tiempo que se tarda en desarrollar la buena idea, esperanza, ilusión y buen deseo determinan también dicho proceso. Puede comparársele con lo que ocurre en la Ley de Casper, lo cual, adecuándolo a nuestras intenciones, diría así: "cuando hay libre acceso de tiempo libre, las buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos se descomponen al doble de velocidad que cuando se encuentra activo; por otra parte, el exceso de actividad puede provocar una disminución en la producción de buenas ideas, esperanzas, ilusiones y buenos deseos ocho veces más rápido que reposo, una proporción de 1:2:8 para ocio, actividad y exceso de actividad, respectivamente".
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Existen varios tipos de podrucciones, a saber, "todas con las mismas manifestaciones clínicas", aunque una de ellas es considerada como destructiva y de temer: se le conoce como podrucción Ulceronecrotizante Aguda del Alma y la Mente (UNAM), por lo que quien la padece presenta un aliento putrefacto, sudoración excesiva y retraimiento profundo con periodos de alegrías y afusividad espontáneos y con secuelas severas.
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por lo anterior, es pertinente una revisión cada cierto periodo de tiempo. se recomienda acudir al médico si después de largas jornadas de pensar y retrospectearse uno deja de hablar con uno mismo en voz alta; tal inactividad provoca inflamación y sangrado de encías, las cuales se contaminan con la saliva que también compende la podrucción. Es de gran ayuda cepillarse los dientes y realizar un enjuague bucal tras proferir groserías de alto calibre cuando se está en un estado inducido por la podrucción. La falta de limpieza oral puede desembocar en "bolsas periodontales, movilidad dentaria, sangrado excesivo y espontáneo, y pérdida del hueso alveolar que sostiene a los dientes", según se indica en la wikipedia.