lunes, octubre 09, 2006

medidas precautorias

david chávez

El día que decidió ser escritor anotó en una servilleta, con la que se limpió el maquillaje barato de una puta, algunas frases que amistades y familiares podrían hacerle: "Te vas a morir de hambre", "¿Me vas a regalar tus libros?, "¿y qué vas a escribir?", ¿me dedicas un poema, un cuento?", "dime que soy tu musa", "¿Por qué no haces algo de provecho?". Fue a manera de conjuro, para protegerse de ello, como quien sale de casa y no sabe si volverá, como quien está seguro de que dejará el cigarro, el alcohol, las mujeres y otros amados vicios como escribir.

1 comentario:

Unknown dijo...

Mi estimado, no sé si se acuerde de mí, nos conocimos la última vez que fuiste a Guanajuato a Altaller. Bueno, chale, cuántas veces habré escuchado eso (y todavía). ser escritor ha perdido esa aura dorada, ahora somos vistos como holgazanes a los que no les gustan los trabajos fijos. Bueno, como diría Neruda: somos pasajeros.
Aprovecho pa' invitarlo a mi blog, sería chido recibir sus comentarios y críticas. bueno, saludos desde mugrelia