jueves, junio 28, 2007

SEIS Letras. Dicen que uno debe saber bien lo que quiere porque puede que llegue alguien o algo que te lo cumpla. Saber lo que se quiere hace que uno ahorre tiempo para pensar lo que se quiere. Yo hasta tengo una escena ideal de un momento de mi vida en el que tengo lo que he querido por años. Escuché el llamado de las letras como Samuel a Dios en el templo. “Habla literatura que tu siervo escucha”, debí haber respondido. Y aquí ando. A ratos me siento escritor rupestre. A ratos peor: siento llegar la mediocridad pero pedísima, de la mano de la ansiedad. Vienen de alguna peda con algún editor que publica a chavos que escriben. Poco a poco le pierdo el miedo a ese par de culeras. Ya me enojé. Prometo que leeré más. Desdichada memoria mía. Noé contaba 600 años cuando acaeció el diluvio (y yo tengo 26 años y no he publicado ni un libro en solitario).

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