david chávez
Yo… no sé. Serían acaso las tres o cuatro de la madrugada cuando escuché ruidos y música ranchera. Salí al patio. Vi luces a lo lejos que tal vez completaban el cuadro de hombres discutiendo que imaginé. Escuché los disparos. Debieron provenir de ese lugar. Yo… no sé: sólo recibí cuatro balazos y un perro ladró.
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