lunes, junio 23, 2008

mal dijera

david chávez.



Confieso que el odio y el rencor (qué mala onda) definitivamente me dan razones y fuerza suficiente para escribir (qué buena onda) con plenipotenciaria y carcelera pasión. ojalá aquellas personas que me generan esos mis muy estimados y preciados sentimientos binominativos tengan larga vida (en la que ojalá sufran y me sigan dando motivos para odiarlos, desearles todo lo malo y para escribir). en tanto, que estas letras que son puro veneno, cargadas de rabia, les entren por los ojos al leerlas, les hagan pedazos los oídos, y los hagan terminar sus días, ojalá, agónicos y escurriéndoseles vida como en algunas ocasiones la pluma, la impresora en que imprimiré estás palabras, llegaron algún día a escurrir tinta. al fin y al cabo que personas que se hacen odiar nacen todos los días y yo todavía tengo mucho de amor propio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que atroz…
Cuanto veneno junto,
Y pensar que todo eso tuvo que salir para dejar limpio el espacio y llenarlo solo de buenos momentos…
Fue difícil fue sobrevivir al veneno, pero ya paso… y que bueno que paso… o no?

atte. malicia