domingo, septiembre 21, 2008

¿somos "medios" violentos?

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aquí les dejo algunas citas sobre la influencia que tiene sobre nosotros la violencia exhibida por los medios. me encantó esta de Halloran y, como dijo el ajedrecista: las negritas son mías:
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"muchos consideran que la cultura que es transmitida por los medios de comunicación de masas desempeña un papel cada vez más destacada en la conformación de nuestros valores y de nuestra conducta, es posible que esas representaciones de violencia y de aberraciones tengan repercusiones sociales mucho más importantes ahora que en el pasado."
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Uhhhh, a ver si comenzamos a sacar los televisores de las recámaras, dejamos de creer que la tv educa y que la pinche televisión cuidará a nuestros hijos. amén!





"James D. Halloran se pregunta si los medios de comunicación de masas, como fenómeno social, deben ser considerados como un síntoma o como una causa de la violencia. En todo caso, la relación entre tales medios y la violencia no es la que generalmente se cree. Según las investigaciones actuales, “la violencia” presentada en la televisión no es en sí misma determinante de un comportamiento más agresivo por parte de los telespectadores puede influir únicamente sobre los individuos predispuestos a la violencia por su carácter o su condición socioeconómica.
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"La distorsión particular que ha llevado al periodismo occidental a adoptar los estallidos de comportamiento violento como arquetipo de “noticia” –a expensas del análisis y de la continuidad de la información- ha influido indudablemente sobre la mentalidad del público, pero se trata de efectos complejos. Puede ser que el hábito creado por las noticias legitime el uso de la violencia externa, pero la presentación constante con carácter prioritario de una conducta violenta y delictiva parece ayudar a crear, al menos en el plano interior, un consenso favorable al mantenimiento del orden. Es pues un factor de conformismo y orden, más bien que de desorden.
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"El bombardeo publicitario de la televisión es ciertamente un factor mucho más poderoso de violencia, en la medida en que produce una frustración permanente en la mayoría de la población pobre".
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"El individuo y la sociedad: las ciencias sociales y las disciplinas normativas en el estudio de la violencia". Pág. 119. En La violencia y sus causas. UNESCO. París, 1981
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"Existe la impresión generalizada de que nos encontramos en una era de la violencia, de que presenciamos un estallido excepcional de comportamientos violentos en todo el mundo. Basta, sin embargo, un breve repaso de los datos históricos para comprobar que las generaciones anteriores pudieron haber llegado a una conclusión análoga con igual justicia; de esta manera, por lo menos, se coloca nuestra situación en una más clara perspectiva histórica.
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"La novedad está quizás en que las ciencias sociales han prestado una atención cada vez mayor al problema, a veces a petición de organismos nacionales o internacionales, a veces como respuesta directa al impacto de los acontecimientos.
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"(...) La idea de que la visión de la violencia pueda reducir la violencia por catarsis, es decir que se satisfarían los impulsos agresivos al ver la agresión expresada por otros, no está apoyada por la investigación".
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La subcultura de la violencia
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"Los medios de comunicación de masas contribuyen probablemente a esta violencia, pero en gran medida reflejan actitudes ya dominantes frente a ella. Como se ha señalado en un importante libro escrito conjuntamente por un sociólogo y psicólogo italiano (Wolfgang y Ferracuti) la violencia puede convertirse en una manera de vivir, en una forma aceptada de conducta respaldada por los hábitos populares y la moralidad convencional; en otras palabras, una subcultura. El machismo puede considerarse como un ejemplo.
Pág. 128
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El cambio social rápido
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"Los estudios estadísticos sobre la frecuencia de estallidos de violencia en varias naciones durante cierto periodo de tiempo revelan que la violencia está relacionada con la rapidez del cambio social. Esto puede significar que tal cambio trae consigo nuevas expectativas, y por lo tanto nuevas frustraciones que conducen a la violencia. Puede significar también que se asocia un mayor índice de cambio con una mayor inestabilidad. T. R. Gurr resume de la manera siguiente numerosos estudios cuantitativos: “El conflicto violento es mayor en las naciones en desarrollo, menor en las naciones modernas, intermedio en las naciones menos desarrolladas y más tradicionales.
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"(…) Esto es indudablemente una hipersimplificación, ya que hay que tener en cuenta también otras consideraciones. Se ha observado, por ejemplo, que hay más violencia cuando no hay una actitud positiva respecto a la legitimidad del gobierno; cuando existe el sentimiento de que este no responde a las necesidades y a los deseos populares (democráticos); cuando hay una tradición de violencia y valores populares que la apoyan (e incluso la premian); cuando hay descontento debido a una frustración relativa".
Pág. 131
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Otto Klineberg. "Las causas de la violencia desde una perspectiva socio-psicológica", en La violencia y sus causas. UNESCO. París, 1981
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Los medios de comunicación social: ¿síntomas o causas de la violencia?


"La violencia y la conducta aberrante, especialmente en sus formas extremas, encuentran gran eco en los medios de información de casi todas las sociedades occidentales. Esta práctica no tiene nada de nuevo, ni lo tienen el estilo o la forma de presentación, salvo que es tan sensacionalista como lo ha sido en otras épocas. Sin embargo, dada la naturaleza de nuestra sociedad fragmentada, plural e industrializada, en la que muchos consideran que la cultura que es transmitida por los medios de comunicación de masas desempeña un papel cada vez más destacada en la conformación de nuestros valores y de nuestra conducta, es posible que esas representaciones de violencia y de aberraciones tengan repercusiones sociales mucho más importantes ahora que en el pasado.
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"Hace algunos años un sociólogo norteamericano, Marshall Clinard, al escribir sobre la prensa y la delincuencia sostenía que “al prestar una constante atención a la criminalidad, es probable que los periódicos contribuyan de manera importante a centrar nuestra cultura en el crimen. Como consecuencia, muchas veces parece que hubiera más delitos de los que hay en realidad”.
Pág. 147
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"Los medios de comunicación pueden reforzar el status quo manteniendo un “consenso cultural”. Es posible que su manera de tratar la violencia refuerce el consenso normativo y la integración a la comunidad. Cuando se tienen pocos conocimientos directos de los delitos violentos es probable que la información proceda principalmente de los medios de comunicación social. Estos informan, sacan los hechos a la luz, crean una conciencia, redefinen los límites de lo aceptable y lo no aceptable y estructuran las percepciones de la índole y la magnitud de la violencia. Al hacer esto agrupan a la gente en oposición al desorden, refuerzan la creencia en valores comunes, facilitan la imposición de sanciones y refuerzan el control social.
Pág 153
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James D. Halloran. "Los medios de comunicación social: ¿síntomas o causas de la violencia?", en La violencia y sus causas. UNESCO. París, 1981
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"Una segunda forma de supervivencia tentadora mediante delegación es menos perjudicial. Consiste en identificarse uno mismo con el drama de supervivencia de los personajes de ficción de libros, películas cinematográficas, obras teatrales y televisión. Esto es más popular aún y ha surgido una industria gigantesca para hacer frente a las enormes demandas que origina. No sólo es inofensivo y sin riesgos, sino que además tiene la característica de ser notablemente barato. El juego de la supervivencia directa puede acabar costando muchos miles, pero esta variante, por unos pocos chelines más, puede permitir al luchador de estímulo entregarse a la seducción, el estupro, el adulterio, la inanición, el asesinato y el pillaje, sin necesidad siquiera de abandonar la comodidad de su sillón".
Pág. 223-224

D. Morris. El zoo humano. Plaza & Janes, 1969. Barcelona, España

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