jueves, septiembre 24, 2009

Juego de palabras 1

David Chávez




Hace rato, mientras iba sentado en el camión del transporte público, vi a un par de niños jugando, colgados de los brazos de su madre. Entonces me sentí inseguro. No sé si estoy seguro de que madurar sea decidirse a jugar un solo juego durante toda la vida, jugarlo profesionalmente e incluso divertirse mientras se juega, y ni siquiera estoy seguro ahora de que eso sea madurar. Más de tres décadas me costó llegar a esa conclusión, a decidirme a jugar lo que ahora juego, y ahora no tengo idea siquiera de a qué estoy jugando. Por eso bajé del camión y jugué a ser un peatón durante un par de calles. Es cansado. Caminé hasta esta banca. Ahora me dan ganas de jugar a ser un perro, aunque la carpeta con los seguros de gastos médicos de mis clientes me recuerda claramente que con la vida de las otras personas no se juega. Ya será en otra ocasión.

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