david chávez
En los tiempos excepcionales, un apuesto minero entró en una cantina que estaba atendida por un matrimonio y sus dos bellísimas hijas. La mayor y más traviesa de las niñas, que estaría en los 20 años, atendía a los clientes. En este tiempo las mujeres escaseaban y eran un poderoso y atrayente incentivo de los pobladores de Punta Arenas, cuyas faldas, según la moda de la época, alcanzaban a los talones. El joven minero entró en galanteos con la niña y le ofreció medio kilo de oro si dejaba ver sus piernas hasta las rodillas. Concertado y cumplido el pacto con autorización materna, el hidalgo caballero le obsequió a la simpática doncella el premio apetecido, extraído de la madre tierra magallánica.
*Oreste Plath. (1983) Oro por ver piernas. Versión de Lucas Bonacic-Doric B. Geografía del mito y la leyenda chilenos. Editorial Nascimento. Santiago, Chile. Pág. 404
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1 comentario:
oh!!!!!!!!!
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