viernes, junio 04, 2010

davis&cheves 3

david chávez




Hoy la cocina es un desastre. Anoche Bil me dijo que no podría venir: había muerto su suegra. David le dio el día libre y un par de chocolates para su hija. Bil en realidad se llama Joaquín Bilardo. Jamás se separa de su cigarrillo. Hay quien dice que en su casa su hija pequeña le dice Joaco, los más Dardo o Bilo. Su esposa le dice Boogie, como el personaje de Fontanarrosa. Sólo David y yo le decimos Bil. El día que llegó a deivis&chelas pidió hablar con el dueño. En la paranoia y no fuera a ser la de pinches malas -pinches balaceras- enviamos a un mesero que recién se estrenaba con nosotros a preguntar qué chingados quería. Dice que el guacamole es un asco. Pásalo a la cocina. ¿Sabes prepararlo? Al menos lo dejo mejor que el que ofrecen. Dale. Nos miró. Es ese de allá, le dije mirando el frigorífico. Lo demás está en el lavaplatos. Vamos a la terraza. Te esperamos. Me quedé fijo en mi lugar, él en el suyo. Nos entendimos a la primera: quería un cigarro.
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¿Crees que pueda? No está mal. El guacamole no es nada. ¿Qué más sabrá hacer? Ambos lo mirábamos por la ventana que conecta. Traía un pequeño trapo colgando del cinturón, para limpiarse las manos. Picó velozmente la cebolla, partió limones y les espulgó las semillas. Exprimió el jugo directamente sobre el puré verde. Luego hizo cubos microscópicos de chile serrano y los agregó al plato. El cigarro iba a la mitad: la ceniza se asomaba, curiosa. Parecía que iba a caer en cualquier momento sobre el guacamole. Revolvió todo y nos buscó con la vista mientras le ponía sal. Sonrío al vernos. Está listo. Tráelo para acá. David le pidió al meserito que acercara totopos. No está mal. ¿Y los? ¿Huesos del aguacate? Son para que no se oxide tan rápido. ¿Y el jitomate? A menos que quiera hacerlo rendir para más personas. En mi casa no lo preparan así. ¿Y cuál es tu nombre?
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Bil, dígame Bil. ¿Como Bill Clinton? No. Bilardo, me llamo Joaquín Bilardo. David le dijo cuánto le pagaba al cocinero que teníamos y Bil comentó que por tres Sor Juanas más le podía preparar guacamole para toda la noche. El horario es de 6 a 6, la cocina abre a las 8pm. Me agrada. Bienvenido al deivis&chelas. Sonrió. Antes de irse David nos dejó un par de cigarrillos más. ¿Dónde aprendiste a cocinar? Viendo, viendo y leyendo. Echando a perder. Cocinar es como la química, ¿sabes? Un poco de esto, un poco de aquello y listo. ¿Nunca fuiste a una escuela? Estudié leyes. Egresé, ejercí un rato: bufetes, defensoría, trámites. Ahí conocí a mi esposa. Nos casamos, tenemos una hija. Dice que me parezco a Boogie el aceitoso, por el cigarrillo. ¿De Fontanarrosa? Sí, ese. Me gusta. A mí también. Ella es profesora, ¿sabes? Así que no ha habido problema con la niña. La cosa es el dinero, el pinche dinero. Supuse que los abogados ganan bien. Ja.
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Te mintieron. Para eso necesitas clientes, para los clientes necesitas experiencia, para la experiencia trabajar y para trabajar está muy cabrón. Está todo copado. Si no conoces a alguien que te meta al negocio es casi imposible. Pero tú entraste... Sí, pero lo dejé. No quiero que mi hija crezca sin padre, o que tenga uno que le mienta. Románticamente, creo que esta mierda de país se puede cambiar. Al menos quiero que mi hija sepa que lo intenté. Por eso estoy fuera. Prefiero dormir con la conciencia tranquila o morir en un tiroteo por una bala perdida que desmembrado, decapitado o secuestrado a cambio de algunos miles de pesos. Mi esposa también cocina, ¿sabes? Buenísima para la repostería. De vez en cuando nos pasamos días metidos en la cocina. A mí me relaja. ¿Y cómo haces para? ¿El cigarro? No es nuevo. Otro día te contaré.
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Bil se sentó ayer a mi lado. La salsa para las chuletas me la acabo de inventar, me dijo en secreto antes de sentarse a la mesa con todos nosotros. Él, David y yo teníamos encendidos los cigarrillos. Le da otro gusto a la comida. A media cena sonó su celular. Bil nunca deja que su cigarro se consuma hasta el final sin antes darle una jaladita y sacar el humo para después apagarlo. Así fue. Cuando terminamos de cenar me dio la noticia. Pidió el día. David se lo dio. Todo el deivis&chelas ha entrado a la cocina a preparar el plato que los clientes pidan. Ahora es mi turno.



concepción, chile. 4 de junio de 2010.

1 comentario:

Soulejosis dijo...

davis&cheves, deivis&cheves davis&chelas, deivis&chelas... qué luz neón tan cambiante. Saludos.