viernes, julio 30, 2010

deivis&cheves epílogo

david chávez


¿Y ahora? No lo sé, me dice Cheves. ¿Por qué no vamos a la playa?, dice Renata. No es mala idea. Bil y Serrano la apoyan. PAsamos por Damiana. Estamos todos de acuerdo. ¿Invitarás a Sara?, le pregunto. No lo sé. Te dije que ahora sé lo que no quiero y precisamente no quiero seguir esperando. ¿Y si ella te llama? Su celular timbra. Me mira. Me encojo de hombros. Sí, estamos bien. Te llamo más tarde. Mi papá. Oquei, le digo. ¿Y tú?, pregunta. ¿Yo qué?, digo. Supongo que has escrito todo. Sí. ¿Se escribe como se vive o se vive como se escribe? YO qué sé, yo sólo escribo.

¿Qué final le vas a dar?, pregunta Renata. No lo sé. Tal vez que ustedes son yo y que yo soy ustedes o que Sara y Cheves regresan o que él la manda al carajo o que cerramos el bar y nos largamos todos de viaje. Escribe que nos irá bien, me dice. ¿Por qué?, pregunto. No lo sé: la palabra escrita tarda más en llevársela el viento... o el tiempo. Cheves, Bil y Serrano se acercan. Entonces qué, tocayo: ¿brindamos? ¿Por qué no?, respondo. Sonrío. Salud, les digo. Chocamos los vasos.

Concepción, Chile. 30 de julio de 2010

1 comentario:

¡Sa (quimera) dijo...

"la palabra escrita tarda más en llevársela el viento... o el tiempo."

Siempre me haces pensar....

Ahora sólo quiero decirte, GRACIAS!, gracias por escribir, y gracias por compartirlo y dejarnos leerte... un abrazo desde la ciudad de las palmeras