martes, junio 29, 2010

deivis&cheves 18

david chávez

Mira no sé de dónde putas saqué fuerzas, pero corrí detrás del pinche viejo. ¿Lo alcanzaste? Sí. ¿A qué hora fue? Pues apenas iba llegando del taller con el auto, yo creo que a eso de las tres de la tarde. Metí el auto de reversa a la cochera. Cerré la puerta del conductor, me pasé al otro lado para sacar las cosas que compré en el supermercado, abrí la puerta de la casa porque tenía que meter más cosas y afortunadamente el bat estaba en el sofá de la sala. Salí con él para meterlo al auto y luego ir por el resto de las bolsas, dejé una sobre el cofre para acomodar otras y ahí fue donde el tipo pasó, buenas tardes, buenas le dije, tomó la bolsa y se echó a correr.

Hijodetuputamadre párate si eres hombre hijodelachingada, pfff, te lo juro que me acuerdo y más me encabrono. ¡Qué pinche coraje! Corría y corría y en la esquina una camioneta casi lo atropella. Se cayeron algunas cosas ¿y? Lo seguí. Con la gritadera, yo le gritaba párate pinche maricón párate hijodelachingada, otras dos chavas me siguieron y comenzamos a corretearlo las tres. No mames, ¿cómo dices que se llama la película pinche Damiana? Pendejo, fue cierto. Na. ¡Te lo juro! En esas estábamos, todo fue tan rápido, carajo, y el cabrón corría hasta que la misma camioneta que lo iba a atropellar le cerró el paso. Ahí lo alcanzamos. El señor de la camioneta se bajó y como que lo tacleó, no vimos muy bien.

No mames, pinche Damiana, ¿neta te pasó eso? ¡Sí, güey! Total que uf, ¿me sirves otra, Serrano? Gracias. Entonces, cuando llegamos ya el señor lo tenía tirado boca abajo. Primero llegué yo, luego las dos chavas. ¿Este es?, me preguntaron. Sí, este cabrón es. Una de las chavas sacó su celular, le tomó un par de fotos y luego le llamó a la policía. Después salieron varios vecinos de por ahí. Tres chavos le ayudaron al señor con el ratero. La otra chava, la que llegó después, dijo que era el mismo que también le había robado un mes atrás, pero afuera del supermercado. Toma, esto es tuyo, me dijo, y me dio un gel acondicionador para el cabello en spray. Ahora sí, hijo de tu reputísima madre, vas a saber lo que se siente, perro de mierda, le tiró tierra en la cara con el pie y luego comenzó a patear en el abdomen. Mira, te lo juro que yo estaba que lo agarraba a batazos pero pensé en que igual podría reconocerme y luego regresar y hacerme algo peor.

¿Y la policía? Llegó pronto. Ya se oía la sirena, así que, pensando en nosotras, bueno, en todas las personas que me ayudaron, cuando levantaron al pobre cabrón le pedí a la otra chava que me detuviera el bat, me puse detrás de un chavo que lo estaba sujetando y le vacié media botella del gel en aerosol en los ojos. ¡No mames! No me sentí muy bien que digamos pero al menos así no iba a reconocer a nadie. Al menos no a quien le dio el batazo. ¿No mames, lo agarraron a batazos? Fue una de las chicas. Yo le estaba dando las gracias al señor de la camioneta cuando escuchamos que el tipo comenzó a gritar que no le pegaran. Seguro fue a la que había asaltado. No, fue la otra. Los chavos me dijeron después que le dio tres batazos: dos en la rodilla derecha y uno en el pie derecho. Le dijeron a la policía que el tipo se golpeó solo cuando lo detuvieron.

Pinche Damiana, eres buenaza para inventarte cuentos. En serio, Cheves, que todo eso pasó hace rato. Na, no creo. Bueno, entonces pregúntales a ellos. Todos miramos hacia la puerta de entrada. Dos tipos entraron, se quedaron de pie como buscando a Damiana, hasta que ella los saludó, dijo con permiso y fue a recibirlos. Cuando llegó a la barra con ellos y los presentó como los que le había ayudado, agregó que más tarde llegan las otras dos chicas. El que no me quiera creer que vaya a la mesa de invitados y aquí Raúl y Mendieta que les cuenten. Se los llevó mientras Shilospiu soltaba American Woman, de The Guess Who, y el bar se iba animando poco a poco.


concepción, chile. 29 de junio de 2010

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