miércoles, junio 09, 2010

deivis&cheves 6

david chávez


Creemos que Damiana y Serrano andan queriendo entre ellos, pero a nadie le consta. Llegaron juntos, digamos, al 2x1. Hacen un buen equipo cuando están en la barra. Bromean con Shilospiu, los tres la pasan bien. A ratos Damiana se bajonea, como que se abstrae, se pierde, se desconecta. Ella es mayor que Serrano. Días después que llegó Damiana apareció Serrano.

Cheves la había conocido en Chetumal, haciendo lo mismo: barwoman y camarera. De vez en cuando cantaba una que otra rolita. La familia de Damiana tenía algún tipo de empresa, así que ella trabajaba por gusto. Se hicieron amigos. Nunca se cogieron. En lugar de eso David la esperaba y se iban a la playa. Mezcal, cerveza y ron. En ese orden. Pasaban botellas y botellas, horas y horas platicando, nadando en el mar, hasta amanecerse. Luego ella se fue. Había juntado tanto como para pagarse una carrera. Después fue Cheves quien viajó. Se encontraron por casualidad en Berlín, en una pequeña plazoleta. Siete cafés después quedaron de verse al día siguiente.

Pasaron tres años hasta que volvieron a toparse en un bar ubicado en el segundo piso de un edificio, frente al mercado El Parián. Ella vivía por ahí. Es posible que ahí haya nacido la idea del bar. De este bar.

Ella se ofreció como barwoman, ¿te conté? Creo que sí. Llegó con algo de dinero para asociarse. Tenía rato de no verla, así que acepté. No sé cómo hace pero es capaz de hacer que una botella dure más de lo que uno espera. Las adultera. No. Nada. Es como si el alcohol se multiplicara. ¿Tipo Yizuscraist? Algo así. Na, tú la ves con ojos de amor. La veo como la hermanita que no tuve. ¿Y nunca nada de nada? No. Reconozco que es atractiva, guapa, está sabrosa, pero no. Algo tiene que no se me antoja. Te estarás haciendo puto. Pendejo. Encendemos otro par de cigarrillos mientras la vemos trabajar. Imita los gritos de Yoko Ono en Whole Lotta Yoko, de The Dirty Mac. Serrano hace como si tocara una batería: cada vaso un tambor, cada popote una baqueta.

En cierta forma parecen hermanos: la misma nariz afilada y terminada en bolita, los ojos medianos, almendrados, el cuello delgado, cara bonita... ¿los dos? Sí, güey, fíjate bien. Pinche Cheves, ¿no me digas que te gusta Serrano? Pendejo, lo decía por Damiana, teta estándar, nalguiparada, cinturiforme. ¿Serrano? Cheves intenta darme un zape. Esquivo el manotazo. Reímos. ¿El dinero estaba limpio? Sí, cada centavo. ¿Es verdadero? Tanto como el otro cigarrillo que estás por darme. ¿Llegaste bien anoche? Sí. ¿Qué pasó? Lo de siempre: vi sus fotografías en facebook y me acordé de ella. Lo supuse. ¿Tú y quién más? Shilospiu, Renata. Bah, casi todo el bar. Ya sácatela. En eso estoy. Hay una especie de vocecita que me dice que no toque nada. El resto de mí sigue adelante. Renata deja dos vasos de vodka a la pasada. Gracias, mensa, agradece Cheves. ¿Y Renata? ¿Bueno tú piensas que me quiero coger a toda la gente de este bar? Bueno, coger coger no pero. No chingues. ¿Y tú? Tampoco te quedas atrás. Diría que estamos iguales. Entonces no jodas, tocayo. ¿Cómo crees, Cheves? Salud entonces.

Brindamos. Antes de irme -Shilospiu me hace señas para que vaya donde él- le digo: Bueno, no me vas a decir que es fea. Cheves me pinta un dedo. Entra a su oficina.


concepción, chile. 9 de junio de 2010.

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