lunes, junio 14, 2010

deivis&cheves 9

david chávez

a Arcelia Pérez Magaña


¿Y eso? Celso Piña. Suena bien. Cumbia. Se. Bueno, después de todo la lluvia no es tan mala. ¿Después de estar lloviendo durante tres días?, no chingues: seguro tienes mucha ropa que ponerte y poca por lavar. Renata me pinta un dedo. Le saco la lengua y le doy dos palmadas en el hombro a Bil, que va rumbo al baño. David entra corriendo. Pensamos que es para evitar mojarse. No mames, ¿no les pasó nada? No, güey, ¿de qué? Un cabrón echando plomo mientras se les escapaba a unos tiras. No, por acá nada. Escuchamos una serie de disparos. Deben serlo. Cheves lo dice. Nos tiramos al piso. Justo en ese momento se va la luz.

La luz de siete u ocho torretas nos iluminan intermitentemente. Luego uno, otro, cuatro cigarrillos se encienden antes de que cada uno de nosotros hable. A ese güey no lo agarran vivo. Serrano asintió. Renata me quita el cigarro para volver a hablar. La luz vuelve cinco minutos después. La calma en el bar se la llevaron esas patrullas. Estábamos ansiosos. Venía escuchando la noticia por el radio. Nunca pensé que irían a pasar por aquí, por eso les pregunté si. Ya. Déjalo así, Cheves. ¿Qué? Eso, deja que sea. No chingues. Primero el mundial, luego la lluvia, luego esta mierda de inseguridad; de verdad que no quiero verme como una paranoica o una evasiva, pero mejor deja las cosas así. Quiero seguir saliendo de acá con tranquilidad, pensando que cada cliente que viene paga con dinero limpio, que puedo caminar hasta la avenida y tomar un taxi, o que Serrano puede llevarnos a casa sin temor a que me den un plomazo.

Suena el acordeón al fondo.

De acuerdo. Parece que Damiana habla por todos. Cheves se va a su oficina. Serrano prepara una ronda para todos mientras Damiana, Bil y yo salimos a la terraza a fumar. Shilospiu toma un par de vodkas y va a la oficina de David. Renata nos trae los tragos. Sigue lloviendo. Bueno, entonces quedarían dos opciones. ¿Cuáles? Que vengas desnuda a trabajar o que saliendo vayamos a mi casa para que te pruebes algo de mi ropa. Todos reímos. Renata me abraza mientras dice eres un pendejo y me saca la cartera. Mejor me la compro. Damiana suspira. Bil y Serrano bailan los últimos 40 segundos de la canción. Yo sigo corriendo tras Renata, intentando quitarle la cartera y mi vista de sus nalgas. Me encanta cuando corre. Me encanta cuando ríe.

Llueve.

concepción, chile. 14 de junio de 2010

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