jueves, julio 08, 2010

deivis&cheves 24

david chávez

Entro a la oficina. Enciendo un cigarrillo. Llamó mi padre, dice. Cheves enciende el suyo. ¿Pasó algo? Todavía no. Es decir, acá todavía nada. ¿Cómo está eso? Sí, han habido varios incidentes. ¿Las balaceras? Sí. Pero eso es sí ajeno al bar. ¿Entonces? Dijo que Pedro llamaría. ¿Pedro? Sí. ¿Y por qué no vino acá directamente? No quiere ensuciar el nombre del bar. Siempre y cuando traiga lo sé dinero limpio pero no es eso. ¿Hablaste con él? Sí, me dijo que esto comienza a salírseles de las manos y que el bar peligra. ¿Por qué? La gente se cansa. Cabrones, ¿no pueden ir a vender su mierda a otra parte?

Ambos nos quedamos en silencio. Muevo la cabeza, negando. Ese es el problema. Así sean unas cuantas calles, para ellos es territorio. Han hablado con él, los otros, y están comenzando a perder la paciencia. Esta es zona neutra, no puede haberla. Necesitan delimitar esto. CArajo, ¿no les basta entonces con el resto? Me dijo que mejor nos amparemos con alguien antes de que se ponga más peligroso. ¿Y entonces, de qué putas sirvió haber hablado con todos, Cheves... dime, de qué? Él entiende y sabe que entiendo el peligro que corremos, todos. ¿De qué, Cheves?, ¿ahora te vas a echar para atrás, cabrón, justo ahora que viene más gente, que confía, que la pasa bien, que sabe que está segura acá? ¡Eso, eso mismo, cabrón! Entiende: si no nos cuadramos ante alguien entonces nos van a chingar, poco a poco, como han hecho con los otros negocios. Es que no entiendo, no entiendo entonces por qué nos dijeron que sí que no habría problema que adelante, abran su bar por eso mismo cabrón: ahora que ven que viene gente quieren el lugar, quieren vender su mierda. No, yo no voy entonces. Sabía que dirías eso.

Nos va a cargar la chingada y lo peor es que no sabemos cómo. ¿Te lo dijo, te amenazó? No hace falta eso para imaginarlo: mañana o pasado nos dejan algún muertito con una cartulina en la que escriban que eso nos va a pasar si no nos asociamos con alguno de ellos. O de ellas. Ja, ¿quién iba a pensar que Sandra estaría también en esto? Y Alfredo. Cierto. Al menos corrimos con suerte: otros cabrones nos hubieran dicho que no y el bar no hubiera durado nada antes de que lo balearan. ¿Te sientes cómplice? No, ¿y tú? En parte. Nos conocemos, saben que los denunciaríamos en cuanto vendieran algo por acá cerca. Sabes que extorsionan. Lo sé. Nunca pensaron que el bar crecería tanto, que vendría tanta gente, que se haría tan famoso. Ese es el problema. Ha sido trabajo nuestro, quieren robárnoslo. Eso siento. Así que nada más que hablar. Dale. Esperaremos a que él llame. Bien. Mientras, sigamos con esto. Hasta donde llegue. Así será. Nos damos la mano, nos abrazamos. No tengo miendo, me dice. Yo tampoco. Ambos sabemos que hay cosas que no se compran, que no se negocian, pero nadie sabe cuándo uno puede cambiar de opinión.

Concepción, Chile. 8 de julio de 2010

No hay comentarios.: